Supongo que a nadie se le escapa que esta expresión tiene su origen en las tareas del campo y principalmente en una que también utilizamos: "pasar la criba".
Porque según nuestro amigo el diccionario de la RAE, cribar consiste en Limpiar el trigo u otra semilla, por medio de la criba, del polvo, tierra, neguilla y demás impurezas.

Bueno, pues ya tenemos el trigo limpio y dispuesto para ser molido sin miedo a encontrar impurezas.
También sabemos que hubo una época en que había que pagar el diezmo (décima parte de la cosecha) al dueño de las tierras. Ese trigo debía tener separado el grano de las espigas (lo que ha dado otra expresión conocida: "separar el grano de la paja") y estar listo para ser llevado al molino.
Por otra parte, y aunque tenga una relación casual con el tema, esa era la diferencia entre el pan blanco y el pan negro, según se hiciera la harina con semillas descascarilladas de trigo o no. Recordamos también el oficio de las espigadoras...
Y así comprendemos cómo se ha llegado a la expresión que nos ocupa: Alguien es "trigo limpio" cuando es de buena ley, de confianza, honrado e incapaz de engañar o traicionar.
Por tanto, si no podemos confiar en una persona, avisaremos:
- ¡Cuidado, no es trigo limpio!
.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.
Hemos visto una profesión que hoy en día se realiza solo en países que no utilizan aún maquinaria avanzada: las espigadoras. ¿Os suena de algo en la cultura española? ¿Podríamos recordar otras profesiones en desuso y realizadas normalmente por mujeres?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar. Un saludo.